sábado, 2 de enero de 2021

Ophrys speculum, espejo de venus, abellera mirall, mosca blava, abejera espejo.

La primera vez que te encuentras con una abellera mirall o espejo de venus tienes la sensación de estar ante una planta de otras tierras, si no de otro planeta.

El azul metalizado en contraste con la vellosidad pardo rojiza y las líneas amarillas de sus flores, ofrecen una forma y color poco comunes por la zona.

Crece en prados, garrigas y entre matorrales y bosques claros. Hasta la fecha solo he visto una y días después, al volver para fotografiarla con tiempo, la habían abducido negándole la capacidad de renacer. Pues se trata de una planta geófita lo que viene a ser que, si se evita la tentación de arrancarla, rebrota gracias a uno de los dos (o 3) tubérculos subterráneos que se encargan de guardar todos los nutrientes durante la época en que la planta está marchita.

Al llegar otoño, brota en forma de una roseta de 2 a 5 hojas basales (de 1,3 a 5cm de largo y de 1 a 2cm de ancho), ovadas o lanceoladas de color verde azulado de las que surge un tallo glabro sin ramificaciones en el que se alojan sus vistosas flores. Mientras florece, de abril a junio, las hojas se van marchitando, hasta acabar secándose toda la planta (salvo los citados tubérculos) en verano.

Durante todo este proceso desarrolla un nuevo tubérculo, mientras el viejo va muriendo.

Sin duda, lo más llamativo de la planta es su flor, con el característico labelo glabro de color azul metalizado, que contrasta ante el pardo rojizo piloso y las líneas amarillas de las de entre 2 a 4 crestas laterales que lo rodean.

Una de las peculiaridades de esta planta es que necesita de un hongo simbionte para poder crecer, lo que hace muy difícil su labor de trasplante.

A parte de renacer del tubérculo, se reproduce por semilla. Su fruto es una cápsula alargada de unos 2x0,8cm que contiene numerosas pequeñas semillas. Lo complicado es llegar a la polinización, ya que la abellera mirall o mosca blava depende de un único insecto (Dasyscolia ciliata) para ser polinizada y a él van dirigidas su vistosidad, colorido y la emanación de una fragancia similar a las feromonas de la hembra en celo, a fin de asegurar el contacto del insecto.

El término término griego Ophrys se menciona por primera vez en la Historia Natural de Plinio el viejo, donde parece designar a una planta que servía para teñir los cabelllos de negro; asímismo, su significado (ceja) puede hacer referencia a la vellosidad de sus labelos. 

El epíteto latino speculum (espejo) hace referencia al tono azulado del labelo intermedio y, quizás, a la capacidad de atraer al insecto tomando la apariencia de una de sus congéneres.

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