De la familia de las boraginaceae, su nombre viene del griego ekios (víbora) y del latín vulgaris, -e (común).
La viborera o llengua de bou, es una hierba bienal (que tarda 2 años en crecer) propia de los márgenes de los caminos, sin problemas para crecer cerca de los pinos y en los terrenos sin cultivar.
Durante el primer año se mantiene a ras de suelo en una formación en roseta sacando sus hojas alternas de forma lanceolada con un solo nervio que cruza toda la hoja.
En el segundo año es cuando "tira para arriba" desarrollando tallos cilíndricos que pueden llegar hasta 1 metro, especialmente en las zonas en que se encuentra con más plantas y hay que hacer un esfuerzo extra para buscar el sol.
Pero si hay algo que caracteriza a esta planta, son sus ramilletes florales que se enroscan como el animal que le da nombre con vástagos presentando gran cantidad de vellosidad.
Florece de marzo a junio, comienza en un tono rojizo purpúreo y termina en un azul intenso que, exceptuando la hierba coral, aún no he visto en toda la zona. Y que, además de dar una nota de color diferente, parece ser que ese tono azul violáceo llama la atención de los insectos con bastante más eficacia que otros colores, especialmente de las abejas melíferas, lo cual es perfecto debido a la gran cantidad de néctar (que no de polen) que genera. Dadas estas armas, no es de extrañar que donde estén suela haber producción de mieles monoflorales.
Cada una de las flores presenta una corola tubular de 5 gajos con cinco estambres, unos más largos que otros.
Lo de víbora le viene también por los pequeños 4 frutos, de unos 2mm, que se parecen a la cabeza de la serpiente. No es de extrañar que, dada su similitud, en el pasado se le atribuyeran capacidades protectoras frente a la víbora y se utilizara como remedio para su veneno.